Una vez que te conectas con la danza, la necesitas toda la vida: Evoé Sotelo



(Foto: El Imparcial.com)


A lo largo de sus 23 ediciones, el festival Un Desierto para la Danza ha visto el surgimiento de muchas propuestas artísticas y la maduración de la mirada del público, de ahí que en este 2015 una de las noches haya sido para catapultar a cuatro jóvenes coreógrafos de la región, de ahí que al final de cada presentación se haya abierto el micrófono para escuchar las inquietudes del público.

Es precisamente de esta dimensión formativa del Desierto para la Danza y de los porqués de preservarlo de lo que va este breve diálogo con Evoé Sotelo, integrante de Quiatora Monorriel, compañía anfitriona de la edición 2015 del evento.

¿Cómo has visto la evolución del público de Un Desierto para la Danza a lo largo de la historia de la muestra?
Creo que su criterio se ha ido fortaleciendo, se ha ido ampliando, es un público menos tradicionalista porque ha visto mucha danza en 23 años, imagínate toda la cartelera. Hay muchos jóvenes también pero los jóvenes naturalmente son más inquietos, por esa razón tienen más flexibilidad para aceptar propuestas nuevas. Pero el público adulto que ha visto el Desierto estos años, creo que ha crecido mucho. Puedo decir sin temor a equivocarme que Hermosillo es de las pocas ciudades del país en donde existe un público culto para la danza, un público que ha visto danza, que no se asusta con las propuestas actuales, con la investigación que no nos refiere directamente a lo tradicional.

Hemos visto Cuatro Modulaciones sobre Degradación, un trabajo de cuatro compañías recientes ¿cómo los viste? ¿Cómo viste la reacción del público?
En un proceso de experimentación profunda que dio por resultado lo que pudiste ver, evidentemente hay una parte del público que no reconoce como dancística este tipo de investigaciones corporales, sin embargo, la danza contemporánea hace mucho tiempo que cambió, el concepto de cuerpo escénico es mucho más amplio ahora, el cuerpo escénico dentro de lo dancístico no necesariamente es un cuerpo que baila, sino un cuerpo que expresa, con todas sus capacidades, con todas sus potencialidades y esto no implica necesariamente el virtuosismo académico de la danza.
Entonces una parte del público puede sentirse un poco confundida con esto que ve, con esta forma de apropiarse del cuerpo dancístico pero me parece muy importante que exista este debate y esta confrontación porque de lo que se trata es de abrir posibilidad para la danza y para el cuerpo.

¿Cuál es tu valoración sobre la propuesta presentada por los cuatro coreógrafos (Carolina Ferrá, Mireya López, Jorge Motell, Emmanuel Pachecho?
Yo digo que estos cuatro coreógrafos han tomado una decisión clara con respecto a ser profesionales, han decido ser profesionales de la danza y los cuatro tienen bastantes posibilidad de desarrollarlo, están jóvenes y, obviamente, hay una parte de inexperiencia que es normal que esté allí, puesto que no tienen una trayectoria larga, pero se puede observar que los cuatro tienen una visión muy particular en relación al asunto coreográfico y eso es lo más importante. Áreas de oportunidad todas, al final de cuentas, en la danza contemporánea lo que se trata es de investigar, de debatir, de generar polémica también. La danza contemporánea es un arte vivo, un arte crítico, entonces creo que ellos tienen esos ingredientes como coreógrafos y creo que tienen muchas posibilidades de desarrollarlos en la danza.

¿Por qué es importante preservar Un desierto para la Danza?
Porque simple y sencillamente casi no tenemos espacios de dialogo, a nivel cultural artístico, en Sonora, es un lugar donde la cultura y el arte es algo que verdaderamente se ha dejado de lado de manera continua, gobierno tras gobierno, pues no le invierten a la cultura y arte, se hace lo que se puede con los pocos recursos que se le destinan, a nivel nacional también. Y nunca es suficiente, arte y cultura creo que deberían ser temas prioritarios para cualquier gobierno y no es así. Entonces si tenemos un espacio que tiene un público tan grande, tan importante, que se ha construido con el esfuerzo de todos los bailarines y coreógrafos que radicamos en Sonora, por supuesto que hay que defenderlo. Vemos los teatros llenos, la gente está súper interesada en todas las actividades que están sucediendo y eso es porque la gente necesita la danza.
No puedes necesitar algo que no conoces, pero una vez que conoces, en este caso la danza, la necesitas. Una vez que realmente te conectaste, que conociste esa posibilidad de experimentar tu propio cuerpo a través de una representación dancística, tu propia sensibilidad, tu propia reflexión a través de una expresión como la danza, entonces la necesitas y la necesitaras toda la vida.

¿Qué caracterizó la cartelera de esta edición?
En este año hemos privilegiado justo la diversidad, las miradas diversas alrededor del cuerpo y sobre todo la capacidad de investigación de los artistas y grupos. Todas las propuestas que vienen a este Desierto son propuestas fundamentadas en una investigación muy seria y, por lo tanto, creo que son fieles representantes de la danza actual.

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