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Mostrando entradas de octubre, 2014

“Mi primera patria es mi infancia; la segunda, el lenguaje”: Mohsen Emadi

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[Fotografía tomada de: www.escena4.com.mx] Mohsen Emadi se desplaza por el mundo llevando con él la infancia -que es su patria- y el lenguaje como herramienta para retornar a ésta, para tocarla. En Hermosillo, ciudad desértica y provinciana que en algo le recuerda al sitio donde se crio, el poeta iraní exiliado en México, enuncia sus porqués de la poesía, “la poesía busca nombrar las cosas por primera vez, ir al punto donde empezó la historia por primera vez”. En otras palabras: la poesía para contar lo que no cuenta la historia. En día previo a su presentación en la Feria del Libro de Hermosillo, en un tiempo-espacio facilitado por el centro Altazor, comparte sus primeros recuerdos: espacios de la niñez habitados por situaciones de luz, posiciones de objetos, pero nunca personas; memorias de guerra, conflictos, lecturas profundas, su cuerpo perdido en los extremos de la religión y rescatado de ésta a partir del primer amor c orporal . Y así, verlo hoy anárquico y ateo, en

Elena Poniatowska Amor, México y la educación

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Foto: tomada de Mamborock.mx En el discurso de Elena Poniatowska, doctora honoris causa por la Universidad de Sonora, se palpan su amor por México y su fe en la educación como cura de todos nuestros males, se observan las memorias que sobre estas tierras norteñas articulan los afectos que por ellas le transmitiera su marido, el finado astrónomo, Guillermo Haro. Primera mujer en recibir esta distinción en los 72 años de historia de la Unison, la homenajeada ensalza la bravura como rasgo que ha hecho de Sonora cuna de importantes transformaciones para el país a la vez que un pueblo caracterizado por el pisoteo de sus propias etnias y el uso del agua para fines políticos, conflictos que convergen hoy en la figura del yaqui Mario Luna Romero, “injustamente encarcelado”. A Elena Poniatowska Amor, Sonora le recuerda sus primeros años como reportera del periódico Novedades, donde tuvo como compañero al cuentista Edmundo Valadés, época en que conoció la voz “golpeada, como de sa

De churros, chocolate y otros viajes

Cuando yo nací, el trigo llevaba muchos años haciendo las Américas, alegrándonos la panza, colonizando nuestras bocas, y como la costumbre es dar todo por hecho y no preguntarse el origen del origen de los alimentos ni poner suficiente atención a las clases de historia, nunca pensé que dicho grano hubiera sido posible a partir de la conquista. De ahí que enterarme de que los churros fueran creación española y no mexicana –pena reconocerlo, pero una en la inocencia asume tantas cosas- alterara el mapa gastronómico de mi memoria. Ya desde temprano esa tarde, Madrid me llovía por dentro y yo era un barquito de papel a la deriva en ríos improvisados que chocaban siempre con letreros que anunciaban “Churros y chocolate”. Entré a un local y busqué asiento. Estaba bajo techo, pero seguía lloviendo en mi interior. Llovían preguntas: ¿Con qué derecho ultrajaban la mexicanidad de mis recuerdos gustativos? Los churros azucarados siempre me habían sabido a lo propio, a las ferias de m