Estocolmo
Foto: http://www.yelp.com/biz_photos/glenn-miller-caf%C3%A9-stockholm?select=PTui-SVbcZtuV4npTwCGHA#hxwH7uH_yF-ZvycCDzuEPw |
Mis pasos son dedos tibios sobre
la piel fría de Estocolmo; huellas que terminan donde la puerta del Glenn
Miller Café abre hueco a la música en el silencio de la ciudad.
Del saxofón que toca la mujer
del grupo -blanca bendita entre oscuros caballeros- nace un riachuelo cálido
que fluye gradualmente por mi oído y va fundiendo un interior entumecido.
No sé qué me cautiva más, si
el jazz en vivo o la calma de los suecos embelesados al calor de la
música, en la perfección de la noche.
Me da miedo abrir la boca y
que la emoción emerja en un torrente de bronquedad latina. Que sea yo quien rompa esta
burbuja de paz.
No logro recordar si la
escena ocurrió o los personajes de una postal vista en alguna tienda de Estocolmo
se materializaron en mi mente y acontecen cada que el recuerdo me
coge por sorpresa.
Me pienso en el Glenn Miller
Café: cerveza en mano y recargada en la barra, la banda a mi espalda y yo
gozando el espectáculo que da el público.
A veces pasa que vivo adentro de una tarjeta postal.
A veces pasa que vivo adentro de una tarjeta postal.
Foto:
http://www.yelp.com/biz_photos/glenn-miller-caf%C3%A9-stockholm?select=PTui-SVbcZtuV4npTwCGHA#hxwH7uH_yF-ZvycCDzuEPw
Comentarios
Publicar un comentario